Estaba tentado de no escribir nada y dejar que las imágenes hablaran, pero creo que las imágenes requieren de cierta ayuda para que se entiendan. Este es la última entrega de este reto que me ha llevado compartir con ustedes mis más amables y atentos lectores (cuatro) estos 30 artículos que representan a la vez hoy 30 años.
Empezó el día a las 7.00 am
Me fui a trabajar, aunque tengo auto prefiero irme por transporte público, hago 25 minutos menos que en el vahículo, ¿auto-móvil, quién hubiera baticinado que te mueves más rápido en metro?
Llegue a la oficina y empecé a revisar mails, aquí estoy escuchando alguna de las tarjetas electrónicas que me mandaron, con todo y música.
Tania, al fondo me pregunta algo, no ya no recuerdo qué, pero me preparo para irme a una junta fuera de la oficina.
Pido un taxi y mientras llego estudio la presentación que realizaremos en unos minutos.
Subo por el acensor, hasta el piso 8 de una de las empresas más importantes del país.
Espero a que haya sala de juntas, al parecer no había sido apartada.
Espero... Espero... Espero...
Porfín estoy en la sala, ocurre la junta y salimos.
Ya fuera pedimos un taxi, son las 3.00 y estamos hambrientos.
Vamos a comer a un restaurante que se encuentra entre Campos Elíseos y Arquímides en la Colonia Polanco, a unas cuadras de mi oficina, me festejan con una comida y lo mejor de todo, es que me sale gratis, ¡qué buen día!.
Regreso a la oficina y me pierdo una hora y media, en papeles, y salgo rumbo a casa, está lloviendo.
Nuevamente me subo al metro para llegar a casa, es rápido.
Pero se llena de gente, todos regresamos estamos cansados.
Salgo y sigue lloviendo, el agua me pega en el rostro, hago caritas...
Porfín llego a casa y hago una llamada para saber si voy a casa de Diana.
En mi casa compran una rosca de pan y gelatina, celebro con mis papás, que aunque es mi cumpleaños, de forma indirecta, es también el de ellos, como papás.
Al término, salgo de mi casa, voy con Diana.
Ella es Diana y hoy luce más bonita que nunca.
Cayéndome de sueño en el sillón de su sala, despúes de una gordita de harina y queso enchilado que su mamá trajo de Sonora.
Regreso a casa, estoy cansado, ya me quiero dormir.
Detengo el auto, ya estoy frente a casa.
El día ha terminado, un día igual y a la vez diferente a los demás, la diferencia hoy, la hice hoy, y ese será mi propósito para los próximos 60 años más, marcar la diferencia. O tu ¿Qué piensas?