Es realmente repugnante… tengo a un lado mío una revista que es conocida por muchos de ustedes, si es que viven en México, sino, pues les cuento. Es una que se llama Mi Guía, ésta se especializa en decirte la programación de la televisión, además de que te brinda las últimas
noticias del mundo del espectáculo.
En fin, ya no quiero abundar más en ese detalle, el punto es que acabo de ver la foto de una dizque conductora de TVAztéca que no recuerdo su nombre y no lo puedo buscar en la revista porque se me enrroncharían mis manitas, el punto es que ésta señora sale posando de una forma absurda.
¿Qué les ha dado ahora a los según comunicadores de creerse artistas y posar de forma tonta ante las cámaras? Los mismos comunicadores o los mal llamados periodistas del espectáculo se han convertido también en celebridades. Eso es lo más absurdo que pude haber vivido en toda mi vida.
Como comunicador – porque no sólo soy mercadólogo – puedo afirmar que la objetividad es uno de los valores que cientos de los periodistas y comunicadores que a diario nos informan han perdido. Y muchos podrán preguntarse ¿por qué? Pues porque la falta de talento y de malas decisiones escolares en el ámbito de las materias vocacionales, han hecho que las redacciones de los medios, llámense revistas, televisión o radio, se llenen de personas decepcionadas, frustradas que escogieron la carrera de comunicación, porque era lo más cercano que les podía permitir estar cerca de su sueño.
Y para muchos más fácil estudiar una carrera de comunicación y conseguir chamba en un periódico, que arriesgarse a estudiar actuación, con el consiguiente peligro de descubrir que esa no es su verdadera vocación y perder 4 años de su vida. Y llegan a subir con una inexperiencia y frustración terrible que a cualquier chispazo del flash convertirán aquel sentimiento frustrado en la máxima ilusión y sin tener el más mínimo talento se prestan para sentirse “por fin” adoradas (o adorados).
Que repugnante…
La vida es en sí un experimento…
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com
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