Probablemente ya se dieron cuenta que llevo algunos días sin escribir. Me ha entrado una fiaca terrible. En mi trabajo lo más sobresaliente de las últimas semanas es que en mi equipo de trabajo despidieron a mi mentora.
Una señora en el más estricto sentido de la palabra, con años de experiencia en el ramo de la publicidad, al menos 1000. Y con un genio de los otros 1000 demonios. Pero sumamente responsable y enfocada a hacer las cosas al otro 1000 porciento.
Personalmente siento una gran admiración por ella. Aunque no dejo de reconocer que tuvimos muchos malos momentos y algunos muchos malos entendidos. Al final su personalidad siempre se impuso. Es una pena que una organización como en la que me encuentro no haya podido hallar la forma exacta de cómo explotar su potencial.
Las causas de su salida siguen siendo –al menos para mí, como para muchos – un misterio. Lo que si nos queda claro es que este tipo de acciones realizadas contra personas talentosas y brillantes ponen a temblar al resto de la organización. Y hacen temer por el cuello propio… ¿si una persona de ese calibre y ese talento es despedida qué me espero yo? Un pseudo escritor de marketing, sociedad y comunicación…
La vida continúa, ni hablar, ese es un hecho innegable. Pero de que todos en esta organización sentimos miedo por nuestro futuro aquí dentro, también es un hecho innegable. Lo cierto es que hoy llegué temprano… mejor dicho todo mundo llegó tarde, será que la cosa está más relajada. Nadie se espera que a punto de terminar el año te digan: “pues bien, muchas gracias por participar” y menos cuando te sabes pieza fundamental de la chamba que se realiza.
Sólo nos queda más que hecharle ganitas. O tú ¿qué piensas?
La vida es en sí un experimento…
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com
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