viernes, diciembre 30, 2005

Feliz con mis chones

Es increíble, las ventas en tan sólo una semana descendieron enormemente. Las calles están vacías, los comercios ya no se ven tan atiborrados, todo lentamente ha vuelto a la normalidad.

Lo que al parecer sí tiene moviendo es la industria de los chones. Sí, hablo de calzones. Para las personas de otras partes de Latinoamérica que probablemente no sepan el significado de la palabra “chones” o “calzones”, no me estoy refiriendo a alguna especie de pescado o algo así, sino de ropa interior.

La ropa interior es una prenda que en la última década ha visto un florecimiento tremendo. Sólo basta mencionar marcas internacionales como Victoria’Secret o ya más en el terreno local Vanity. O la ya muy clásica marca Rimbros.

En fin, es sin que nadie me pueda refutar mi próxima tesis, una de las industrias con más movimiento – digo, no me mal interpreten – quice decir con más innovación. Basta con pasar en una de las tantas tiendas de ropa interior, en especial femenina, para darse cuenta la diversidad de telas, estilos, colores, tamaños, formas, dibujos, en fin.

La ropa de hombre no goza de tanta diversidad como la que algunos quisieran, pero en años recientes hemos encontrado diferentes piezas con temas recurrentes: ropa interior con el escudo de tu equipo de fútbol favorito, incluso temáticos: hay del hombre araña, con la carita de Hull, y es muy probable que ya estén en el mercado los que tienen la carita de King Kong.

Entre los últimos y primeros minutos del año tienes que – según la tradición – usar una ropa interior roja – para el amor - o una amarilla, para el dinero. Sin embargo el origen de esta tradición no es del todo cierto, hay quienes piensan que surgió en tiempos de la Edad Media, cuando realmente casi todo estaba prohibido y sobre todo en las clases mediana o baja.

En aquel entonces se relacionaba el color rojo como el símbolo del demonio, la sangre y la brujería. Por esta relación incluso llego a prohibirse la plantación y consumo de productos de color rojo (tomates, pimientos,..) y el vestirse con indumentarias rojas. Contradictoriamente en el invierno cuando todo parece estar parado o muerto por las heladas, el color rojo es un símbolo de sangre y de vida, y la gente creía que el llevar un símbolo de vida traía buena suerte, en el momento en que el sol empezaba su nacimiento dando señales de vida, optaron por llevar ropa de color rojo, pero que realmente no estuviese a la vista, quedando de esta forma la tradición establecida hasta nuestros días.

En cuanto al color amarillo, no hay un origen en especial, sin embargo no son la súnicas tradiciones. Se afirma que es el único día que se debe barrer de adentro hacia afuera en la víspera del nuevo año para así sacar lo malo del lugar. Algunos corren alrededor de la casa con maletas para llamar los viajes. Otros riegan una libra de arroz a las doce en punto. Tener pescado en la mesa de año nuevo trae abundancia de comida. Mientras que son muchos los que cuentan las semillas de doce uvas para comprar el número en la lotería.
En fin, yo por el momento me encuentro feliz con mis chones, aunque uno nunca sabe, a lo mejor en el último momento me decido por alguno de los dos, rojo o amarillo.

FELIZ AÑO NUEVO

La vida es en sí un experimento…
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com

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