DOMINGO.- Piensa por un momento en que tienes que moler con una piedra un par de jitomates, y luego apio, Estás batallando golpe tras golpe, para que al final escurras todo eso que has machacado en un vaso y puedas disfrutar de un rico y delicioso jugo. Sabroso, ¿verdad?
Muy rico, pero ¿cuánto tiempo te tomó poder disfrutar de tu jugo? Si eres rápido tal vez te haya tomado como 5 minutos. ¿Cuántos jitomates y apios necesitaste? Si tuviste precaución de hacerlo con cuidado y que nada se haya escapado mientras machacabas, probablemente unos tres de los rojos y cuatro de las cositas verdes.
Y ¿si hubieras tenido al menos una licuadora? Tal vez hayas necesitado la mitad de los ingredientes y al menos un 20% de todo aquel tiempo que tomó la machacada. La tecnología hace que nuestras vidas sean más fáciles, sin embargo el mayor beneficio que nos brinda es que nos permite tener más tiempo; más tiempo para hacer más cosas.
Desde las épocas más antiguas el uso de las herramientas permitieron un desarrollo rápido de los grupos sociales, hoy cuando vemos en documentales los todavía grupos humanos que viven fuera de la civilización, sólo aquellos que adquirieron el conocimiento para transformar los materiales en herramientas evolucionaron, los que no se quedaron el la etapa de piedra.
Ayer caminando por el Centro de la Ciudad de México, existe un lugar llamado Plaza de la Computación, en éste lugar puedes encontrar computadoras a muy bajo precio. Las computadoras son herramientas que permiten hacer las cosas más eficientemente, si la sabes usar claro está, pero lo sorprendente de todo es la oportunidad de mercado que éste lugar representa.
En este puedes encontrar desde marcas genéricas, computadoras que son armadas a gusto del consumidor, productos que en sí no tienen marca, son fabricadas o mejor dicho, ensambladas para cumplir con una sola necesidad: la venta. Sirven para vender, son hechas de insumos comprados en enormes cantidades para abatir costos y armadas para lograr un equilibrio en la ganancia, ya que todo el lugar está plagado de armadores, la ley de la oferta y demanda es aplicada despiadadamente, si tienes una computadora armada tienes que apegarte al estándar de precios, sino puedes perder ventas.
También hay computadoras de marca, hace cinco años cualquiera hubiera pensado que entrar a este mercado significaría la muerte, el desprestigio, una acción suicida, pero las computadoras de marca entraron y están hoy codo a codo con los ensambladores. Y uno podría preguntarse ¿por qué? Simplemente porque hay algo que los armadores no han podido descubrir y es que las computadoras de marca están pensadas para cubrir una necesidad.
La venta es el elemento que permite cerrar el círculo, no es el fin, es el medio por el cual las empresas pueden seguir fabricando. Hay personas quienes el producto en sí no satisface, tienen una personalidad, son seres vivos pensantes, no sólo racionales, sino con emociones, quienes ven en las herramientas no sólo la oportunidad de tener más tiempo, sino darle a ese tiempo una personalidad: la suya propia.
El día es que estos ensambladores empiecen a observar qué personalidad tienen sus consumidores y a su vez, crear productos acorde a dichas personalidades, podrán dejar de ser simples ensambladores y podrán diferenciarse de los demás competidores, incluso darse el lujo de salirse de la ley de la oferta y la demanda para imponer sus propios precios. Las herramientas te dan más tiempo, pero al final eres tú quien decide la personalidad que le quieres dar a tu vida. O tu ¿qué piensas?
La vida es en sí un experimento...
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com
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