miércoles, agosto 24, 2005

Just Around the Corner


allmarketing challenge one hundred articles’ 2005 number 97
Poner un negocio propio es un acto de valentía, es támbién un acto de rebeldía... es tomar el sartén por el mango y decir ¡Ya basta!

Todos los lectores de allmerketing que son de América Latina probablemente estarán de acuerdo conmigo, ya que creo que la condición que viven nuestros países son muy similares: desempleo, salarios bajos, pujantes empresas que aglutinan el mayor capital, cada vez más pobres, y cada vez menos ricos, pero los pocos concentran mucho, demasiado.

Las desigualdades de nuestros países hermanos se hacen evidentes. Pues bien, creo que estoy escribiendo sobre una preocupación regional, el desempleo es el peor síntoma que una economía puede tener. Piensa en él como si fuera un cáncer, ¿qué pasa con las células cancerosas? pues que están fuera del orden que impera con las demás, y, claro, como todo ser vivo tienen que sobrevivir, quieren seguir adelante. Y ¿qué hacen? viven a su modo.

Los desempleados son una suerte similar, actúan por la inercia de sobrevivir, en este mundo capitalizado no hay más que buscar un trabajo, sino, te mueres de hambre. Pero ¿qué pasa cuando la capacidad empresarial e industrializada del país no crece lo suficiente como para dar empleo a todos los que están desempleados? Los desempleados empiezan a incorporarse a las filas del empleo informal.

Las estadísticas que dicen nuestros gobiernos que los índices de desempleo no rebasan el 4% de la población económicamente activa son - lamentablemente - falsas. Pues tales encuestas se preocupan por contabilizar los que en ese momento no tienen empleo, pero ¿alguien está contabilizando a los miles de personas que se cansaron de buscarlo?

Hay historias verídicas de personas que - yo conozco varias - han tenido más de 6 meses buscando trabajos y nada. Y han acudido a decenas de entrevistas, y les han ofrecido cursos, y libros, y talleres de cómo conseguir empleo... los desempleados son también una industria enorme que la peor parte es cuando esa gran masa de empresa no puede emplearlos a todos y se genera un sentimiento de frustración, de enojo, de odio hacia todo lo que está en su contra.

¿Qué hacer? Señores gobernantes, ahí les va ésta: incorporen en sus esquemas educativos, en sus programas sociales, el impulsar a la pequeña empresa, mejor dicho, a la micro, micro, micro, empresa. Enséñenle a sus ciudadanos a ser emprendedores, porque los famosos tratados de libre comercio que firman con sus vecinos no resuelve del todo el problema que se avecina en el futuro.

Si las personas tuviéramos un espíritu emprendedor sería mucho más fácil que cada uno de esos gobiernos incorporara a los desempleados que se emplean por sí solos a la economía formal. Habría más recaudación de impuestos y lo mejor de todo, evitaríamos que muchos ciudadanos se sientan frustrados ante la incapacidad de encontrar trabajo.

La vida es en sí un experimento...
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com

1 comentario:

Iolanthe dijo...

Es muy dificil emprender algo cuando no tienes un colchoncito que te ayude a partir o a soportar los embates del inicio. Y claro que mucha gente prefiere la seguridad del"pago quincenal" a la aventura de arriesgarse. Hace ya algunos años que yo decidi cortar la relacion de "dependencia" como empleada y avaenturarme a ser mi propio jefe. He metido las cuatro en serio, sobre todo porque casi al inicio de mi empresa casi la deje como mi hobby, y el que era mi hobby se convirtiò en mi obsesiòn. ( a lo mejor deberìa de haberlo convertido en mi empresa? capaz que la regue!!) Total, que por esas gruesas fallas es que apenas del 2001 a la fecha retome con brios las riendas. Pero creo que es más dificil reiniciar, me ha costado bastante borrar los errores del pasado.