jueves, enero 06, 2005

Día de Reyes

No hace mucho...mmm bueno, sí hace mucho, aunque no voy a decir cuántos años, esperaba la noche de ayer con ansias, y me esmeraba por no quedarme dormido. ¿Cómo si eso fuera posible? Invariablemente mis estrategias fueron muchas: dormirme en el sillón, con la luz prendida, en fin. Y nada dio resultado.

La noche se hacía larga y pesada, y mis ojos no podían más, irremediablemente caía dormido. Al día siguiente la emoción en verdad era enorme. Corría para ver qué había pasado, qué habían traído. Y siempre llegaban. Ayer, como todos los años, me sentí emocionado, ahora por mi sobrina.

La importancia de tener una ilusión en verdad puede hacer que hasta el más oscuro panorama tenga un rayo de esperanza. La industria nacional del juguete está en franca decadencia: La Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (Amiju) ha revelado que por cada 10 juguetes que son importados, seis provienen del país asiático como contrabando, tres son piratas y uno es robado.

Para que un juguete tenga éxito, ya no importa de qué esté hecho, sino qué representa ese juguete. Los medios de comunicación son los más grandes promotores. Es más, no hay juguete que no tenga su correspondiente en la televisión. Mejor dicho es al revés: los programas televisivos para niños, caricaturas y películas, extienden una línea de negocios llamada juguetes.

Cualquier programa extranjero tendrá su juguete, con lo que se aseguran que el pequeño consumidor esté cautivo. Tanto con la vista, en el plano virtual, como con el tacto, en el plano real. Y sí a eso sumamos la enorme influencia que tienen los medios en las sociedades, y más cuando hay una tendencia de los padres a dejar que la Tv sea la educadora principal, en verdad estamos a merced de estas empresas.

El juguete mexicano está siendo relegado a ser un artículo artesanal. Porque llegar a ser una industria fuerte y pujante no podría. Pero hay todavía ventajas que nos otorga el ser un país tercermundista - si es que a esto se le puede llamar ventaja - que no hay mucha gente aun con el poder adquisitivo para adquirir aquellos juguetes "simils" de caricaturas. Hay mucha gente que compra todavía los camioncitos, las muñecas de trapo, los valeros, en fin.

Porque al final, en verdad, lo que importa es el juego y no debiera importar el juguete. Y mientras me dices qué piensas, déjame ver qué juguetes, en esta ocasión, me han traído.

La vida es en sí un experimento...
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com

No hay comentarios.: