lunes, diciembre 13, 2004

Lunes, querido lunes.

Para ser lunes, uno pensaría que las cosas debieran de fluir tranquilamente, sin embargo no es así. Desde hace años he escuchado que el lunes es un día terrible, de hecho no es raro que las personas lleguen malhumoradas, enojadas, deprimidas, en fin.

Hace años yo no estaba conforme con tales aseveraciones, consideraba el día lunes como un día estupendo donde podías planear toda tu semana. Un día en el cual deberíamos de poner nuestro mayor empeño por lograr los proyectos pendientes de la semana anterior.

Incluso durante mucho tiempo llegaba con ánimo y mucho ahínco, incluso tal ímpetu me permitía terminar los proyectos a mediados de la semana.

Sin embargo, conforme pasa el tiempo me estoy convenciendo cada vez más que los lunes en verdad es un día pesado. La concurrencia me ha influenciado.

Un lunes es en verdad pesado, no terminas de asimilar la terrible realidad de volver a la diaria rutina cuando ya estás en medio de la vorágine.

Del teléfono, de las juntas de inicio de semana, en fin. Al final el lunes es el no principio de la semana, porque el fin de semana no te alcanzó y esa velocidad que traes del sábado y domingo no alcanza y se extiende hasta el primer día laboral. Por ello, deberíamos de dedicar el día martes a que sea realmente el inicio de semana.

Por ello aquí les dejo algunos consejos para sortear el lunes y llegar al martes de la mejor manera:

1.- Llegar temprano el lunes. Esto a demás de permitir tener un poco más de tiempo para programar de forma adecuada el día, también nos dejará la libertar de ver llegar a los demás, y ver sus caras de frustración sin que ellos vean la de nosotros.

2.- Un café siempre remedia la situación. Tómate un cafecito antes de iniciar la labor de la programación del día. Siéntate en la computadora, checa tus mails personales, y sorbe un poco de ese líquido cafesoso y delicioso. Chécalos con calma, siempre al inicio antes de hacer cualquier otra cosa

3.- A darle duro. Después de haber checado el mail y de haber sorbido unos buenos tragos de café calientito, ahora sí, dale duro y programa el día, trata que sea - como se dice comúnmente - de una sola sentada, hasta que caiga la primera junta o salgas a comer. De esta forma habrás adelantado ya la mayor parte del trabajo.

Y ahora sí, con estos tres puntos llegarás al martes como rey... claro, demanda un poco de esfuerzo al inicio de la semana, pero al final valdrá la pena. o ¿tu qué piensas?

La vida en sí es un experimento...
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com

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