viernes, noviembre 27, 2009

DON'T CALL ME FAT

Una persona como una entre un millón, única, cada célula es testigo del milagro de la vida. Pero qué se ha hecho este cuate al ponerse tan gordo. Y no es discriminación, lo que es es abandono, abandono del mundo exterior y una indulgencia constante a través de la comida, un reflejo de su soledad interior. Vaya...

La vida es en sí un experimento...
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